Al mirar el pasado a lo largo de estos 90 años, podría afirmar que la Santísima Trinidad, patrono de nuestra querida provincia de Huancayo, lugar donde se hace realidad el crecimiento y fortalecimiento de este pequeño granito de mostaza, nacido bajo la advocación de nuestra santísima Virgen del Rosario, cuidó siempre de nosotros.
 Convencida por la protección de nuestra Madre, la Virgen del Rosario, el actuar con inteligencia, con tiempo y actitud fraterna, al igual que mis Hnas. antecesoras, el apoyo de profesores, profesoras y administrativos, quienes dando el ciento por uno de sus talentos y animándonos bajo el marco del currículo evangelizador, nos permitieron, con fervorosa ilusión y vocación de servicio, sembrar y cultivar en los tiernos corazones de nuestras estudiantes, a ejemplo de nuestros fundadores: padre Alfonso De la Cruz Sardinas y Madre Clara del Corazón de María, el amor a Cristo y a la naturaleza, nuestra casa común, siguiendo las huellas de San Francisco de Asís.
 Actuar con inteligencia, con tiempo y sencillez; es pensar y adaptarse a los cambios; es ser capaz de gestionar y manejar nuestras emociones de manera efectiva; es vivir la palabra del Señor en permanente oración y reflexión; es ejercer responsablemente nuestra voluntad y libertad para ser realmente auténticos a imagen y semejanza de Dios. Pues, el fruto de nuestro silencio es la oración; el fruto de la oración, la fe; el fruto de la fe, el amor; el fruto del amor, el servicio y el fruto del servicio es la paz para construir juntos el reino de Dios.
Al cumplir estos 90 años de servicio en la educación de miles de niñas y jóvenes de la región, agradezco a Dios por vivir nuestra espiritualidad franciscana con franca sencillez y fraternidad que engrandece a la familia rosarina. Recuerden, las palabras no bastan si no se actúa de lado de los valores del reino de Dios con perseverancia y amor al prójimo.
Finalmente, regocijada por los constantes éxitos de nuestras estudiantes y exalumnas, expreso mi gratitud, mi saludo y alegría por estos fructíferos 90 años de vida institucional. Pido a Dios derrame sus bendiciones y nos siga iluminando en esa noble y hermosa tarea de educar y evangelizar manteniendo viva esa luz de fe y esperanza que no cesa de alumbrar en el valle del Mantaro.

Fraternalmente,
Hna. Lola Felicita Cuadros Salazar